sábado, 15 de mayo de 2010

Publicación de un Amigo

A veces alguien publica, en uno u otro lado, algún artículo que nos sube el ánimo y nos hace sentir que definitivamente estamos haciendo las cosas bien. Aquí les pongo uno que escribió Julio Arreaza, vecino de la urbanización El Placer (al lado de la USB), en el 2001.

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Julio César Arreaza B
LA VENEZUELA posible
http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=4907

El día que reanudé mis confortantes caminatas por el hermoso campus de la Universidad Simón Bolívar (USB), luego de un obligado reposo debido a un dengue hemorrágico, me tropecé, sorpresivamente, al girar hacia Cromo Vegetal, un redondel pletórico de los colores de nuestra exuberante naturaleza, con la celebración de una Asamblea de estudiantes de esa excelente casa de estudios.

Debatían la grave situación presupuestaria que afronta la USB causada por un gobierno indolente, empeñado en destruir lo que funciona y abajarlo con lo que no funciona, como la pésima Universidad Bolivariana. Roberto Patiño, el presidente de la Federación de Centros de Estudiantes hizo hincapié en las consecuencias de una inmediata reducción de dos servicios básicos estudiantiles, a su vez dos derechos constitucionales, como son el Comedor y el Transporte por medio de autobuses.

Refirió la triste realidad de una biblioteca desactualizada, sin nuevas revistas y publicaciones del exterior, y la investigación prácticamente paralizada; otros servicios afectados son el Internet y las becas.

Los estudiantes haciendo gala de amplitud, permitieron la participación en su Asamblea de las autoridades universitarias que se presentaron espontáneamente, y el rector Enrique Planchart manifestó la necesidad de culminar en julio el trimestre académico en curso, porque si se cierra la universidad cuando abra posteriormente nunca volverá a ser la misma USB. La crisis presupuestaria los obliga a tomar medidas heroicas de ahorro, que implican reducir para finales de este mes a la mitad los servicios estudiantiles. De una manera agónica las autoridades universitarias se encuentran surfeando la crisis haciéndole el juego al gobierno y tratando al mismo tiempo de negociar, sin perder de vista su propósito de llegar a julio para culminar, como sea, el trimestre.
A pesar de las posiciones encontradas, privó un diálogo de altura, tolerante, de libre discusión de ideas, entre actores universitarios que enaltecen su condición de ciudadanos republicanos, lo cual dice mucho de la Venezuela posible.

Los estudiantes escucharon con atención y entienden la angustia del tren rectoral, que busca mantener la universidad operativa. Pero están claros en su decisión de no renunciar a sus derechos constitucionales de contar con los servicios estudiantiles de Comedor y Transporte.

Están conscientes que la reducción del presupuesto de la USB a la mitad no solo los afecta a ellos, sino a la comunidad universitaria en su conjunto.

Alegan con razón que el 30% de los estudiantes provienen del interior y aunado al hecho de que la sede de la universidad queda lejos de la ciudad, tienen mayor necesidad de Transporte y Comedor. Si tales servicios fueran duramente afectados se corre el riesgo de que muchos de ellos se retiren, perdiendo lo obtenido con tanto esfuerzo: haber ingresado a la mejor universidad venezolana, por riguroso examen de admisión. Los estudiantes están persuadidos que si claudican sus derechos y bajan la cabeza, entonces terminarán aceptando también que las materias y las clases se reduzcan a la mitad, toda una piratería que rechazan.

Proclaman con fuerza la Unidad, el enemigo no son las autoridades sino el gobierno chantajista, pirata e indolente.

Decidieron junto a sus pares del núcleo del Litoral, como es sabido la USB tiene dos sedes: Sartenejas y el Litoral, acudir esa misma mañana al Ministerio de Educación Universitaria y exigir una reunión con su titular.
La presencia de 500 estudiantes convencidos de la justeza de sus derechos, hizo que el ministro los atendiera y se abrieran mesas de trabajo para encontrarle solución al problema.

Los estudiantes no conciben la Universidad para sobrevivir en ella, sino como un espacio plural de discusión de ideas y generación de conocimientos que forme ciudadanos críticos para beneficio de la sociedad democrática. Con políticas que la ahogan económicamente y atentan contra su autonomía esto no será posible.

Se mantienen firmes en su posición indeclinable de defender sus derechos, y alzan su voz para desnudar la mentira, transfigurándose en luz radiante frente a un régimen oscuro. Bravo. Venezuela sí tiene futuro.

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